Nº 20 / De la importancia de escoger bien los zapatos (Postales de María).

Pies 2A veces, afortunadamente no siempre, cuando paseo por alguna ciudad desconocida (porque nunca me pasa en casa, no sé por qué), matando la tarde después de cumplir el horario previsto de lo que haya tocado esta vez, inesperadamente, noto el tacto que produce en la planta de mis pies, adecuadamente colocados dentro de sus correspondientes zapatos, el peso de mi cuerpo, empujado por la maleducada gravedad, apretándose contra el suelo o, por decirlo más técnicamente, contra la superficie de la Tierra.

La molestia está en que, cuando eso pasa, esa percepción suele venir acompañada de una constatación algo incómoda. En concreto, que no tengo clara cuál es mi relación con la superficie de la Tierra.

Puede parecer una pregunta más bien tonta, pero no hay que fiarse. Porque, para empezar, ¿qué es eso que llamamos “superficie de la Tierra”?

Es cierto que se podría pensar que la contundencia de su mera presencia, su simplemente “estar ahí”, vuelve ridícula la pregunta. Y aún más teniendo en cuenta que los fotones, todos, y mira que son muchos, estarían de acuerdo con la evidencia de su existencia, que bien que se quedan enganchados en ella cuando se la encuentran, incluso calentándola un poco y hasta desarreglándole levemente su estructura molecular. Así que no le vengas a los fotones con sospechas sobre la  fiabilidad de la superficie de la Tierra.

Sin embargo, y hay que decirlo, si se le preguntase su opinión a los neutrinos, y son muchos más que los electrones, que ya es decir, no sabrían ni de lo que se les estaba hablando: “¿La Tierra? ¿Tú sabes qué es eso? Nunca me la he encontrado, y mira que tengo peinado y repeinado el universo de arriba apara abajo y de derecha a izquierda. Sobre todo de derecha a izquierda”.

Siendo así, no sé si dar la razón a los fotones o a los neutrinos.

En cualquier caso, mientras lo pienso, seguiré con este agradable paseo por esta ciudad tan agradablemente extraña aunque, eso sí, creo que, mientras camino, iré echando un ojo a los escaparates de las tiendas por si veo unos zapatos bien acolchados, soberbiamente blanditos, de esos con los que ni se nota el suelo al caminar. Y, si los encuentro, que se aclaren entre ellos fotones y neutrinos.

Una respuesta a “Nº 20 / De la importancia de escoger bien los zapatos (Postales de María).

  1. Ana octubre 8, 2017 / 4:11 pm

    Ironía, humor e ingenio para mirar la vida cotidiana!
    ¡Caray con los neutrinos!

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